viernes, 13 de mayo de 2016

El niño Celíaco y su vida social

Cuando nuestros hijos pequeños son diagnosticados como celiacos y empiezan su dieta sin gluten, son muchos los temores que nos surgen, pero es algo que con mayor o menor rapidez vamos controlando en casa.

Nuestro hogar se convierte en ese lugar seguro donde no existe ningún riesgo para nuestra dieta, en nuestra zona de confort, nuestro búnker antigluten. Superado esto, el mayor desafío, nuestro mayor temor, es enfrentarnos a las salidas y a su propia vida social. Los niños no forman parte de nosotros, son seres independientes y como tal tienen que aprender a desenvolverse en su propia vida al margen de las personas que les queremos y protegemos.

Sí, los niños tienen una intensa vida social: la que comparten con nosotros en eventos con familiares y amigos (y que podemos controlar más o menos) y la suya propia en los lugares donde no estamos ni podemos acompañarlos o vigilarlos como nos gustaría. Ellos tienen un plus de complicación que es nuestro deben enseñarles a superar.

Cada situación es diferente y muy variable en función de las personas implicadas e incluso el lugar donde se desarrollan, estas son pequeñas pautas que pueden funcionar a la hora de enseñar a nuestros hijos y su entorno a llevar una correcta dieta sin gluten fuera de casa:

1. Controlar: Lo que nuestro niño celiaco ingiere es una responsabilidad nuestra, sobre todo, cuando es muy pequeño y no es consciente realmente ni de lo que come, ni del alcance de las consecuencias que puede tener un error en su dieta. Tenemos que transmitir a nuestro entorno que no pueden ofrecerle alimentos o chucherías sin nuestra supervisión o si no están completamente seguros de que son libres de gluten y tenemos que enseñarle a él, en cuanto podamos y sepamos que lo entiende, a decir “No” cuando haya dudas.

2. Educar: Nuestros niños celiacos tienen una capacidad de aprendizaje y un sentido de la responsabilidad increíble. En poco tiempo, con nuestra ayuda, sabrán qué alimentos contienen gluten y cuáles no, detectarán la espiga tachada en los envases de alimentos e incluso “leerán” el “Sin gluten” cuando ni siquiera sepan leer.
Recuerdo mi temor cuando mi hija fue diagnosticada y cómo le dije al médico que ella no iba a ser capaz de hacerlo cuando estuviera sola o que no se controlaría en comer cosas que le gustaban antes: “Te sorprenderás de la responsabilidad con la que estos niños asumen su dieta”, me dijo.
El tiempo le dio la razón y todos los niños celiacos que conozco me han demostrado un gran sentido de la responsabilidad desde muy, muy pequeños. 

3. Integrar: El entorno de un niño no sólo está compuesto por su familia y no es sólo en ella donde tendrá que desenvolverse. Tenemos que prepararle a él para estar lejos de nosotros. En la escuela, profesores, compañeros y padres, también deben saber que el niño es celiaco y conocer la dieta sin gluten, sólo así se podrá conseguir una integración plena en todas las actividades del colegio donde la comida sea protagonista. Nosotros mismos podemos informar y dar opciones para que nuestro niño sea partícipe de cada actividad aportando el alimento que sustituya al que coman otros niños o indicando cual podría ser.

4. Desdramatizar: Cuando de fiestas y cumples se trata, la cosa se complica un poco, pero es algo para lo que tenemos que estar preparados y actuar sin dramas. Es muy fácil autocompadecerse y pensar que “nuestro pobre niño” no va a ser igual en la fiesta, que no comerá tarta o que es posible que ni siquiera se hayan acordado de que tiene que merendar. Y claro que nos duele, como padres, esta poca atención que a veces reciben nuestros niños, pero, por favor, párate a pensar en esto: Cuando tu hijo sale del colegio con la invitación para un cumple. ¿Cómo está? ¿En qué piensa? ¿Piensa en la merienda’ ¿Piensa en la tarta de cumpleaños? ¡¡Nooo!! ¡¡Está feliz!!! Su amiguito le ha invitado a su cumple y él sólo es capaz de pensar en que va a ir a un parque de bolas, al cine o a ver una exposición de dinosaurios. Piensa en que pasará una tarde con sus amigos jugando.

5. Resolver: Ofrecerse a ayudar al anfitrión de estos eventos dándole alternativas sin gluten o, incluso a colaborar en la organización de un evento, es una opción que debemos valorar, pero no en todos esos lugares tenemos la confianza para participar, así que, como precaución, para todos esos eventos que no nos ofrecen la garantía y seguridad de una correcta dieta sin gluten y en los que no hemos podido aportar nada, siempre hay que llevar una alternativa. 

No podemos ni debemos permitir que nuestros hijos no aprendan, desde pequeños, que cada acontecimiento donde van es un nuevo reto que, seguro, superarán cada día mejor. La sobreprotección y la compasión hacia ellos o hacia nosotros mismos no les dará las herramientas para enfrentarse a su propia vida. Enseñarlos y acompañarlos en el camino, sí. Sólo así conseguiremos que nuestros hijos sean celiacos felices.

martes, 5 de abril de 2016

LOS MITOS DE LA CELIAQUÍA


Mito 1: ¿Eres muy o poco celíaco?

Claramente este mito es FALSO. No se puede ser muy o poco celíaco, se es o no celíaco. Así que almas de cántaro que vais por el mundo preguntando los grados de celiaquía de vuestros semejantes, olvidaros: no hay celíacos más puros que otros celíacos.

Entiendo que muchos de los que hacen esta pregunta se refieren a los síntomas que tiene un celíaco (si son más o menos graves), pero eso no significa que si no tienes síntomas físicos evidentes e instantáneos seas menos celíaco que aquel que se pasa tres días fatal por comer una traza de gluten. Tampoco quiere decir que el hecho de ser “poco celíaco” conlleve que te puedas tomar la dieta sin gluten “a la torera”.

Todos los celíacos tienen una reacción intestinal ante el gluten tengan síntomas físicos o no, por tanto, todos sin excepción deben seguir dieta estricta sin gluten.

Mito 2: Por un poquito no pasa nada…

Si pasa. Lamentablemente es una de las frases que más escuchamos y que más desespera. Un poquito, por muy minúsculo que sea, ya afecta al alérgico o al celíaco. En el caso de los intolerantes, depende de su grado de tolerancia al alimento, pero hay personas que lo pasan realmente mal si hacen esa pequeña excepción. Cuando alguien sigue una dieta alimentaria de exclusión y lo hace por temas de salud, es bastante frustrante escuchar una y otra vez esta frase.

En el caso del alérgico alimentario, una mínima cantidad de alimento puede provocarle hasta la reacción alérgica más grave. Por eso es fundamental vigilar con la contaminación cruzada, ya que incluso el contacto indirecto con el alimento (por ejemplo, alérgeno- cuchillo-alimento) puede desencadenar una reacción alérgica grave. Mucha gente no es consciente, ya que al no ver las trazas se piensan que no pasa nada, como el que niega la presencia de un virus porque no se vé. ¿Verdad que nos lavamos las manos antes de comer aunque no veamos que estén sucias? En el caso de los alérgicos hay que hacer lo mismo, el máximo cuidado siempre y por supuestísimo prohibidos comentarios absurdos de este tipo.

En el caso de los celíacos, el daño intestinal es el mismo se tengan o no síntomas físicos evidentes. Por eso las precauciones deben ser las máximas, ya que hablamos de la salud de las personas. Hay algunos celíacos sin síntomas que al no ver el daño ocasionado, se piensan que pueden hacer pequeñas excepciones, aunque la realidad no sea así. En muchos casos, el diagnóstico del celíaco se produce en la edad adulta y siempre hay algún espabilado que te suelta lo de “pues si toda la vida has comido gluten, no entiendo porque ahora hay que tener tanto cuidado“. La respuesta es simple, si no sabes que algo te hace daño, no puedes evitarlo. Una vez lo sabes, puedes ponerle remedio.

¿Qué pasa en el caso de los intolerantes a la fructosa, sacarosa, o lactosa…? Todo depende del grado de intolerancia que se tenga y de la capacidad de absorción de ese alimento. Pero yo me pregunto ¿Quiénes somos nosotros para cuestionar si pueden o no un poquito de ese alérgeno? De hecho, no conozco a nadie que se acerque a una embarazada y le ofrezca un “cigarrito” mientras le suelta: “Total, por un poquito no va a pasar nada”… Bastante duro es seguir una dieta de exclusión como para encima tener que batallar con estos comentarios.

Mito 3: las alergias, intolerancias o celiaquía ¿tienen cura?

Volvemos a desmontar mitos. En este caso hablamos de uno de los mitos que más llegamos a escuchar sobre la celiaquía, las alergias e intolerancias alimentarias: ¿son para siempre? Cada problemática tiene su respuesta, así que os las voy a ir desglosando a continuación.


Las intolerancias alimentarias no tienen cura
En la mayoría de casos, las intolerancias alimentarias se producen por un déficit en la enzima encargada de metabolizar algunos alimentos, como en el caso de la intolerancia a la fructosa o a la lactosa. Ese déficit enzimático suele ser permanente y, por el momento, la única cura que existe es una dieta exenta del alimento.

Sin embargo, hay casos de intolerancias alimentarias secundarias, es decir, a causa del desgaste intestinal de una intolerancia alimentaria principal suele darse una o varias intolerancias alimentarias paralelas de carácter secundario. En este caso, tras un tiempo sin consumir los alimentos que provocan las intolerancias, se restaura la pared intestinal y aunque se mantenga la intolerancia principal motivo de los daños, el resto de intolerancias secundarias desaparecen.

¿La celiaquía puede curarse?
Según médicos y asociaciones de pacientes, todavía no se conoce la cura de la celiaquía. La enfermedad celíaca es una intolerancia permanente al gluten con base inmunológica. Es decir, en la celiaquía existe un componente genético que hace que las personas genéticamente predispuestas tengan un desgaste de las vellosidades intestinales provocado por la ingesta de gluten.

A pesar de tratarse de una intolerancia con una base inmunológica (como la alergia) no existe una cura que se conozca, aparte de la no ingesta de gluten. 

Las alergias alimentarias pueden desaparecer
Las reacciones alérgicas están desencadenadas por el sistema inmunitario que asocia como “dañino” a un alimento que en realidad no lo es. Esto provoca que el cuerpo reaccione ante ese alimento atacándolo y provocando reacciones cutáneas, respiratorias, digestivas e incluso en los casos más graves un shock anafiláctico.

La alergia es una de las de las problemáticas alimentarias con reacciones más graves que incluso pueden llegar a ser mortales. Sin embargo, es de las pocas reacciones adversas a alimentos que pueden desaparecer. Al tratarse de una reacción inmunológica, los cambios hormonales asociados al crecimiento de los niños pueden dar lugar a la desaparición de la alergia por si sola.

Igualmente, existen algunas alergias alimentarias como la leche o huevo, que tras un proceso de desensibilización acompañado por médicos y especialistas enseñan al cuerpo a tolerar estos alimentos para que no provoquen una reacción alérgica. Este tratamiento suele ser largo y no hay garantías que funcione en todos los casos, pero hay un alto porcentaje de niños que eliminan su alergia tras seguirlo.

Además, los médicos están estudiando incorporar nuevos alimentos que provocan alergia en los procesos de desensibilización alimentaria como los frutos secos o legumbres.

Mito 4: ¿Todos los celíacos son delgados?

No todos los celíacos son delgados
Es posible que antes del diagnóstico de celiaquía hayan más celíacos que estén delgados. Esto se debe a que su intestino no digiere bien, y por tanto, no absorbe los nutrientes necesarios. Sin embargo, no todos los celíacos son delgados.

Los celíacos pueden ser altos, bajos, listos, tontos, gordos y flacos. No hay un patrón sobre cómo debe ser el celíaco ideal. Básicamente un celíaco es una persona que tiene que comer sin gluten, un complejo de proteínas presente en varios cereales como el trigo, cebada, centeno, espelta, kamut y triticale, porque su organismo reacciona al ingerir esta proteína llamada gluten. Casualmente, los cereales que llevan gluten son los que se utilizan normalmente para elaborar la mayoría de cosas que engordan como la repostería, la bollería, la cerveza, el pan, la pizza… Esto no quiere decir que un celíaco no coma estos alimentos, los come igual, sólo que sin gluten.

Un celíaco baja de peso si deja de comer todos estos productos que engordan, igual que cualquier persona que no sea celíaca. Es decir, si un celíaco se pega un atracón de magdalenas sin gluten cada tarde, va a pesar lo mismo que un no celíaco hartándose a magdalenas con gluten. Todo depende de lo que comamos y la medida en que lo comamos.

¿Comer sin gluten adelgaza?
El hecho de comer sin gluten, no elimina los kilos de más. Es posible que al comer sin gluten bajemos de peso, ya que al comer fuera de casa nos aficionamos a las ensaladas y la carne a la plancha, y también eliminamos fritos (por temas de contaminación cruzada) y rebozados. Lo mismo nos pasa con la cesta de la compra, donde antes cabían 3 paquetes de galletas diferentes, ahora sólo va 1 paquete sin gluten (y al precio de 5 paquetes con gluten). También comemos sin tantos conservantes, ni colorantes, ni espesantes, ya que la mayoría de cosas sin gluten las preparamos con nuestras manitas. Aunque esto no significa que todos los celíacos sean delgados, al contrario. Al comer sin gluten nuestro intestino digiere mejor los nutrientes y a menudo, nos engordamos un poquito.




Fuente: allergychef

jueves, 17 de marzo de 2016

Fuentes de hidratos de carbono aptos para celiacos


Los hidratos de carbono son fundamentales para el buen funcionamiento del cuerpo incluso en la dieta de las personas celiacas. Los celiacos tienen limitadas las fuentes de hidratos de carbono ya que los más comunes contienen gluten. Pero hay otros alimentos que aportan hidratos de carbono y que son aptos para celiacos.


Las fuentes o alimentos con hidratos de carbono aptos para celiacos son:


  • Arroz
  • Sorgo
  • Maíz
  • Mijo
  •  Papas
  • Zanahorias
  • Yuca 
  • Remolacha
  • Frutos secos
  • Legumbres como judías, lentejas
  • Quínoa



La deficiencia de hidratos de carbono en personas celiacas puede generar alteraciones en su salud.


Los problemas de salud asociados a la deficiencia de carbohidratos son: 

  • Falta de energía
  • Fatiga y cansancio
  • Dolor muscular
  • Enfermedades cardiacas


Los celiacos no deben dejar de comer alimentos del grupo de carbohidratos sino consumir los que no contienen gluten.
Es importante consultar al médico sobre cuanta cantidad de hidratos de carbono podemos consumir para estar saludables.
Los carbohidratos o hidratos de carbono no deben ser eliminados totalmente de la dieta por padecer celiaquía, sino que se debe adaptar a la nueva dieta.
Hay muchas recetas para preparar comidas ricas en hidratos de carbono pero aptos para celiacos.
El cuerpo necesita de todos los grupos de alimentos para estar bien nutrido si no le aportamos ciertas sustancias aparecerán afecciones o enfermedades.
Los celiacos deben seguir una dieta balanceada y sana para controlar esta enfermedad pero además evitar deficiencias nutricionales.

Los hidratos de carbono consumidos con moderación y de forma adecuada no engordan ni perjudican a las personas con celiaquía.


martes, 8 de marzo de 2016

La celiaquía en mujeres: Mujeres sin gluten

La celiaquía es más frecuente en mujeres que en hombres. Según apuntan los médicos especialistas, dos de cada tres celíacos son mujeres. Lo que significa que la celiaquía es una problemática muy femenina.
Por eso, en el Día Internacional de la Mujer, pensamos que es importante que se difunda las diversas problemáticas que puede acarrear la celiaquía en las mujeres celíacas no diagnosticadas. A menudo, cuando pensamos en los síntomas de un celíaco nos quedamos en las manifestaciones físicas más conocidas por todos: vómitos, diarreas, dolores abdominales. Sin embargo, hay un porcentaje cada vez más grande de celíacos que manifiestan otros síntomas de la celíaquia.
Síntomas de la celiaquía en mujeres
La enfermedad celíaca puede manifestarse en las mujeres a través de problemas como abortos espontáneosinfertilidadirregularidades menstrualesmenopausia precoz, anemia ferropénica y osteoporosis entre otros síntomas.
Infertilidad y abortos en mujeres celíacas
Para muchas mujeres, la infertilidad inexplicada es el único signo de una celiaquía no diagnosticada. De hecho, se calcula que la enfermedad celíaca podría presentarse entre el 4% y 8% de las mujeres con infertilidad inexplicada.
De hecho, tal y como nos comenta Celiaco a los 30 en su blog, la tasa de aborto pasa del 6% al 15% en el caso de mujeres celiacas que no siguen la dieta sin gluten, ya sea porque están diagnosticadas o porque desconocen esta problemática.
Por esta razón es muy importante que aquellas mujeres con varios abortos o dificultades para quedarse embarazadas se sometan a las pruebas para detectar celiaquía e intentar poner remedio a esta situación siguiendo una dieta sin gluten.
Irregularidades menstruales
Algunos estudios médicos explican el retraso de la primera menstruación en algunas niñas por una celiaquía no diagnosticada. Otra de las manifestaciones más frecuentes en celíacas jóvenes es la presencia de fuertes y constantes anemias ferropénicas cuyo origen podría ser una enfermedad celíaca sin tratar. De nuevo es importante prestar atención a cualquiera de estos síntomas y diagnosticarlos.
Embarazo y celiaquía
Durante el embarazo, las mujeres celíacas que no siguen una dieta sin gluten también pueden tener diversas complicaciones como un retraso del crecimiento intrauterino, bajo peso del bebé al nacer o tener un parto prematuro.
Además, las mujeres celíacas durante el embarazo, pueden padecer alteraciones en su sistema inmunitario que, de algún modo, pueden alterar la forma de presentar celiaquía y pasar de una manifestación asintomática a diarreas y vómitos al ingerir gluten.
Osteoporosis en los celíacos
A pesar de no tratarse de una problemática exclusivamente femenina, el 80% de los casos de osteoporosis en celiacos se presentan en mujeres. La celiaquía no tratada puede provocar la aparición prematura de esta problemática a causa de la malabsorción intestinal derivada de no seguir una dieta sin gluten.
En el Día Internacional de la Mujer pensamos que es importante que se difundan las complicaciones asociadas a una dieta sin gluten no tratada en mujeres y aportar nuestro granito de arena para trabajar en un mejor diagnóstico de la celiaquía en los casos en los que los síntomas no son los más habituales.


miércoles, 2 de marzo de 2016

8 Signos de que tu hijo necesita una dieta sin gluten

El gluten está en todas partes. Panes, salsas, incluso champús. Si tu hijo es intolerante al gluten, puede afectar drásticamente su salud y comportamiento. Si sospechas de que es intolerante al gluten o simplemente no estás segura cuál es la crisis de tu hijo, considera estas señales de intolerancia al gluten y trátalo con una dieta libre de gluten para ver si los síntomas mejoran.

- Gases, hinchazón, diarrea o estreñimiento
La intolerancia al gluten causa estragos en el sistema digestivo.
- Fatiga y niebla cerebral
Después de comer una comida llena de gluten, tu hijo puede sentirse débil y desenfocado.
- Mareos

El gluten puede causar que tu hijo sufra de desequilibrios o mareos y otros síntomas neurológicos.

- Migrañas
El trigo es un importante desencadenante de la migraña. Los que son sensibles al gluten son susceptibles a las migrañas por comer trigo o gluten.
- Problemas de estado de ánimo
Ansiedad, depresión, cambios de humor e incluso el transtorno por déficit de atención/ desorden de hiperactividad, pueden ser provocados por el gluten .
- Brazos con piel dura y escamosa
Una afección llamada queratosis pilar (o piel de gallina) puede ocurrir en la espalda del niño, los brazos o en las mejillas . Este es un resultado de una deficiencia de ácidos grasos y deficiencia de vitamina A derivado de una mala absorción de grasa causada por el gluten dañando el intestino.
- Desequilibrio hormonal
Si tu hija está pasado por la pubertad, el consumo de gluten puede impactar sus períodos/regla.
- Inflamación
El gluten puede causar inflamación y dolor en las articulaciones.
Si sospechas que tu hijo es intolerante al gluten, considera hacerle una prueba de enfermedad celíaca. Sin embargo, la mejor manera de determinar si tu hijo es intolerante ( ya que la prueba celíaca es muy poco fiable ), es hacer una dieta de eliminación. Eliminar el gluten de su dieta durante tres semanas y ver si los síntomas mejoran. Esto no sólo diagnostica la intolerancia al gluten, es el tratamiento también.
Una vez que hayas determinado que tu hijo es intolerante al gluten, querrás eliminarlo de su dieta al 100 por ciento. Pregunta por los menús sin gluten cuando salgas a comer y comprar sólo productos certificados libres de gluten para tu hijo.

Fuente: Vida Lúcida

miércoles, 24 de febrero de 2016

Nuestra boca permite que detectemos la intolerancia al gluten

Cada vez más personas descubren que padecen intolerancia al gluten. La enfermedad celíaca se encuentra muy extendida en nuestra sociedad y está demostrado que una de las formas más efectivas y tempranas de detectarla es por medio de la salud bucodental.

Este trastorno, que afecta al sistema digestivo al imposibilitar la correcta digestión de una proteína presente en muchos cereales, influye también en la sonrisa. 
La enfermedad consiste en la inflamación crónica del intestino delgado, causada por proteínas vegetales de trigo, avena, cebada y centeno. Aunque sólo afecta al 1% de la población y perjudica principalmente la digestión de las personas que padecen esa dolencia, también incide en la salud bucodental. 

Esta circunstancia contribuye a detectar tempranamente esta enfermedad en los niños, puesto que, si se presentan ciertos síntomas, podrían estar relacionados con esta afección.

Estos son algunos de ellos:
  • En el esmalte: puede presentar un aspecto áspero y descolorido, con manchas de color amarillo o marrón. Pueden existir defectos estructurales.
  • Retraso en la erupción dental: la celiaquía suele provocar un retraso en la salida de los dientes definitivos.
  • Aparición de aftas de manera recurrente.
  • Inflamaciones de la mucosa bucal.

Las afecciones en los dientes son más frecuentes en los incisivos y los primeros molares, piezas que se forman y calcifican en la época de crecimiento del niño. 



Este problema dental se desarrolla en hasta el 71% de los enfermos celíacos, aunque no aumenta el riesgo normal de caries si se cultiva una buena higiene bucal.

Las personas celíacas deben poner mucha atención en su salud dental. Esta disfunción digestiva se ha comprobado que causa una mala absorción del calcio, por lo que los defectos estructurales en los dientes suelen ser muy habituales.

A pesar de todo, una vez diagnosticada la afección y siguiendo los consejos de nuestro odontólogo, los celíacos pueden disfrutar de una adecuada salud bucodental.

Como es normal en cualquier ámbito de la salud, la prevención y la detección temprana siguen siendo la mejor manera de evitar afecciones o daños permanentes.