martes, 5 de abril de 2016

LOS MITOS DE LA CELIAQUÍA


Mito 1: ¿Eres muy o poco celíaco?

Claramente este mito es FALSO. No se puede ser muy o poco celíaco, se es o no celíaco. Así que almas de cántaro que vais por el mundo preguntando los grados de celiaquía de vuestros semejantes, olvidaros: no hay celíacos más puros que otros celíacos.

Entiendo que muchos de los que hacen esta pregunta se refieren a los síntomas que tiene un celíaco (si son más o menos graves), pero eso no significa que si no tienes síntomas físicos evidentes e instantáneos seas menos celíaco que aquel que se pasa tres días fatal por comer una traza de gluten. Tampoco quiere decir que el hecho de ser “poco celíaco” conlleve que te puedas tomar la dieta sin gluten “a la torera”.

Todos los celíacos tienen una reacción intestinal ante el gluten tengan síntomas físicos o no, por tanto, todos sin excepción deben seguir dieta estricta sin gluten.

Mito 2: Por un poquito no pasa nada…

Si pasa. Lamentablemente es una de las frases que más escuchamos y que más desespera. Un poquito, por muy minúsculo que sea, ya afecta al alérgico o al celíaco. En el caso de los intolerantes, depende de su grado de tolerancia al alimento, pero hay personas que lo pasan realmente mal si hacen esa pequeña excepción. Cuando alguien sigue una dieta alimentaria de exclusión y lo hace por temas de salud, es bastante frustrante escuchar una y otra vez esta frase.

En el caso del alérgico alimentario, una mínima cantidad de alimento puede provocarle hasta la reacción alérgica más grave. Por eso es fundamental vigilar con la contaminación cruzada, ya que incluso el contacto indirecto con el alimento (por ejemplo, alérgeno- cuchillo-alimento) puede desencadenar una reacción alérgica grave. Mucha gente no es consciente, ya que al no ver las trazas se piensan que no pasa nada, como el que niega la presencia de un virus porque no se vé. ¿Verdad que nos lavamos las manos antes de comer aunque no veamos que estén sucias? En el caso de los alérgicos hay que hacer lo mismo, el máximo cuidado siempre y por supuestísimo prohibidos comentarios absurdos de este tipo.

En el caso de los celíacos, el daño intestinal es el mismo se tengan o no síntomas físicos evidentes. Por eso las precauciones deben ser las máximas, ya que hablamos de la salud de las personas. Hay algunos celíacos sin síntomas que al no ver el daño ocasionado, se piensan que pueden hacer pequeñas excepciones, aunque la realidad no sea así. En muchos casos, el diagnóstico del celíaco se produce en la edad adulta y siempre hay algún espabilado que te suelta lo de “pues si toda la vida has comido gluten, no entiendo porque ahora hay que tener tanto cuidado“. La respuesta es simple, si no sabes que algo te hace daño, no puedes evitarlo. Una vez lo sabes, puedes ponerle remedio.

¿Qué pasa en el caso de los intolerantes a la fructosa, sacarosa, o lactosa…? Todo depende del grado de intolerancia que se tenga y de la capacidad de absorción de ese alimento. Pero yo me pregunto ¿Quiénes somos nosotros para cuestionar si pueden o no un poquito de ese alérgeno? De hecho, no conozco a nadie que se acerque a una embarazada y le ofrezca un “cigarrito” mientras le suelta: “Total, por un poquito no va a pasar nada”… Bastante duro es seguir una dieta de exclusión como para encima tener que batallar con estos comentarios.

Mito 3: las alergias, intolerancias o celiaquía ¿tienen cura?

Volvemos a desmontar mitos. En este caso hablamos de uno de los mitos que más llegamos a escuchar sobre la celiaquía, las alergias e intolerancias alimentarias: ¿son para siempre? Cada problemática tiene su respuesta, así que os las voy a ir desglosando a continuación.


Las intolerancias alimentarias no tienen cura
En la mayoría de casos, las intolerancias alimentarias se producen por un déficit en la enzima encargada de metabolizar algunos alimentos, como en el caso de la intolerancia a la fructosa o a la lactosa. Ese déficit enzimático suele ser permanente y, por el momento, la única cura que existe es una dieta exenta del alimento.

Sin embargo, hay casos de intolerancias alimentarias secundarias, es decir, a causa del desgaste intestinal de una intolerancia alimentaria principal suele darse una o varias intolerancias alimentarias paralelas de carácter secundario. En este caso, tras un tiempo sin consumir los alimentos que provocan las intolerancias, se restaura la pared intestinal y aunque se mantenga la intolerancia principal motivo de los daños, el resto de intolerancias secundarias desaparecen.

¿La celiaquía puede curarse?
Según médicos y asociaciones de pacientes, todavía no se conoce la cura de la celiaquía. La enfermedad celíaca es una intolerancia permanente al gluten con base inmunológica. Es decir, en la celiaquía existe un componente genético que hace que las personas genéticamente predispuestas tengan un desgaste de las vellosidades intestinales provocado por la ingesta de gluten.

A pesar de tratarse de una intolerancia con una base inmunológica (como la alergia) no existe una cura que se conozca, aparte de la no ingesta de gluten. 

Las alergias alimentarias pueden desaparecer
Las reacciones alérgicas están desencadenadas por el sistema inmunitario que asocia como “dañino” a un alimento que en realidad no lo es. Esto provoca que el cuerpo reaccione ante ese alimento atacándolo y provocando reacciones cutáneas, respiratorias, digestivas e incluso en los casos más graves un shock anafiláctico.

La alergia es una de las de las problemáticas alimentarias con reacciones más graves que incluso pueden llegar a ser mortales. Sin embargo, es de las pocas reacciones adversas a alimentos que pueden desaparecer. Al tratarse de una reacción inmunológica, los cambios hormonales asociados al crecimiento de los niños pueden dar lugar a la desaparición de la alergia por si sola.

Igualmente, existen algunas alergias alimentarias como la leche o huevo, que tras un proceso de desensibilización acompañado por médicos y especialistas enseñan al cuerpo a tolerar estos alimentos para que no provoquen una reacción alérgica. Este tratamiento suele ser largo y no hay garantías que funcione en todos los casos, pero hay un alto porcentaje de niños que eliminan su alergia tras seguirlo.

Además, los médicos están estudiando incorporar nuevos alimentos que provocan alergia en los procesos de desensibilización alimentaria como los frutos secos o legumbres.

Mito 4: ¿Todos los celíacos son delgados?

No todos los celíacos son delgados
Es posible que antes del diagnóstico de celiaquía hayan más celíacos que estén delgados. Esto se debe a que su intestino no digiere bien, y por tanto, no absorbe los nutrientes necesarios. Sin embargo, no todos los celíacos son delgados.

Los celíacos pueden ser altos, bajos, listos, tontos, gordos y flacos. No hay un patrón sobre cómo debe ser el celíaco ideal. Básicamente un celíaco es una persona que tiene que comer sin gluten, un complejo de proteínas presente en varios cereales como el trigo, cebada, centeno, espelta, kamut y triticale, porque su organismo reacciona al ingerir esta proteína llamada gluten. Casualmente, los cereales que llevan gluten son los que se utilizan normalmente para elaborar la mayoría de cosas que engordan como la repostería, la bollería, la cerveza, el pan, la pizza… Esto no quiere decir que un celíaco no coma estos alimentos, los come igual, sólo que sin gluten.

Un celíaco baja de peso si deja de comer todos estos productos que engordan, igual que cualquier persona que no sea celíaca. Es decir, si un celíaco se pega un atracón de magdalenas sin gluten cada tarde, va a pesar lo mismo que un no celíaco hartándose a magdalenas con gluten. Todo depende de lo que comamos y la medida en que lo comamos.

¿Comer sin gluten adelgaza?
El hecho de comer sin gluten, no elimina los kilos de más. Es posible que al comer sin gluten bajemos de peso, ya que al comer fuera de casa nos aficionamos a las ensaladas y la carne a la plancha, y también eliminamos fritos (por temas de contaminación cruzada) y rebozados. Lo mismo nos pasa con la cesta de la compra, donde antes cabían 3 paquetes de galletas diferentes, ahora sólo va 1 paquete sin gluten (y al precio de 5 paquetes con gluten). También comemos sin tantos conservantes, ni colorantes, ni espesantes, ya que la mayoría de cosas sin gluten las preparamos con nuestras manitas. Aunque esto no significa que todos los celíacos sean delgados, al contrario. Al comer sin gluten nuestro intestino digiere mejor los nutrientes y a menudo, nos engordamos un poquito.




Fuente: allergychef